martes, 1 de marzo de 2016

Mortalidad Juvenil

Mortalidad juvenil: accidentes de tráfico, suicidio, complicaciones de embarazo

En 2009 un primer estudio de las pautas mundiales de mortalidad entre jóvenes —10 a 24 años de edad— ha evidenciado que los accidentes de tráfico, las complicaciones del embarazo y el parto, el suicidio, la violencia, el VIH/sida y la tuberculosis son las principales causas de mortalidad. La mayoría de estas causas de muerte son prevenibles y tratables. El estudio, respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicado en la revista médica The Lancet, indica que cada año mueren 2,6 millones de jóvenes, y el 97% de esas defunciones se registran en los países de ingresos bajos y medianos.
El suicidio, según las estadísticas mundiales, alcanza anualmente más de un millón de personas, lo que representa un 1.8 % del total de fallecimientos. Algunos de los factores de riesgo que influyen en la decisión de suicidarse son: abuso de la ingesta de alcohol, consumo de algún tipo de drogas,violencia familiar, comportamientos antisociales, depresión, aislamiento, entre otros.




Accidentes de Trafico:La seguridad vial y las medidas de prevención pueden reducir considerablemente el riesgo de los jóvenes al volante. Para conseguir este objetivo se requiere una legislación eficaz y una planificación exhaustiva de medidas orientadas a promover una conducción de bajo riesgo de los conductores más inexpertos. Entre estas medias, Julio Laria destaca la “conducción gradual”, un sistema que permitiría a los jóvenes incorporarse de manera escalonada a la conducción, con algunas limitaciones, como determinados horarios en los que no deben conducir o hacerlo acompañados por un conductor experto. El objetivo de esta propuesta es según el autor, que el conductor mejore sus habilidades al volante, gane experiencia en condiciones de máxima seguridad y evite accidentes con la ayuda de determinados elementos, como los avisa-cinturones, tarjetas inteligentes, sistemas de ayuda a la frenada de emergencia y sistemas de control de crucero, entre otros.



Complicaciones de Embarazo:
El embarazo en la adolescencia está asociado con un mayor índice de morbilidad y mortalidad, tanto para la madre como para el bebé. Como explica la Dra. Bárbara Castro, de la Unidad de ginecología de la Adolescencia del Hospital Universitario La Paz de Madrid, el organismo de la adolescente tiene unas necesidades para su propio desarrollo en las que puede interferir la gestación, con los consiguientes riesgos de malnutrición o retraso en el desarrollo óseo, entre otros.
A nivel psicológico, la adolescente se encuentra en una etapa de inmadurez, que hace que acuse más el rechazo, sienta vergüenza, y sufra problemas de adaptación o de falta de apoyo emocional, ya que por lo general no tiene pareja, o la relación no está consolidada.
Además, muchas de las adolescentes quedan nuevamente embarazadas en los dos años siguientes al nacimiento del primer bebé, lo que dificulta todavía más continuar con los estudios y conlleva generalmente una mala situación económica en el futuro, que también afectará al bienestar de los hijos.



Suicidio Juvenil:
Acción o conducta que perjudica o puede perjudicar muy gravemente a quien la realiza
acción de quitarse la vida de forma voluntaria. El suicidio aparece en todas las sociedades desde los tiempos más remotos. Sin embargo, a lo largo de la historia ha variado la actitud de la sociedad hacia este acto, sus formas y su frecuencia.

Contexto histórico
En la Europa antigua, sobre todo durante el Imperio romano, el suicidio se consentía e incluso era considerado un acto honroso. Los antiguos romanos, bajo la influencia del estoicismo, admitían muchas razones legítimas para su práctica. El filósofo romano Séneca lo ensalzaba como el acto último de una persona libre.
Sin embargo, para san Agustín, el suicidio era un pecado. Varios de los primeros concilios de la Iglesia cristiana decretaron que a aquéllos que cometieran suicidio no se les podrían aplicar los rituales ordinarios de la Iglesia tras su muerte, y en la edad media la Iglesia católica romana condenó expresamente esta práctica. En las legislaciones medievales se ordenaba la confiscación de todas las propiedades del suicida y el cadáver sufría todo tipo de humillaciones. Hoy está condenado el suicidio en las religiones cristiana, judía e islámica.
En 1897 Émile Durkheim postuló que el suicidio era un fenómeno sociológico más que un puro acto individualista. Él lo consideraba consecuencia de una mala adaptación social del individuo y de una falta de integración. Identificó cuatro tipos de suicidio: egoísta, altruista, anónimo y fatalista que sucedían como consecuencia de determinadas condiciones sociales. Así, el suicidio egoísta y el altruista eran el resultado de una débil o fuerte integración del individuo en la sociedad. El suicidio anónimo y el fatalista venían determinados respectivamente por una débil y excesiva regulación por parte de la sociedad. Sin embargo, la tendencia actual considera el suicidio desde un punto de vista psicológico en lugar de una perspectiva moral.
3-que induce al suicidio
La mayor parte de los científicos sociales están de acuerdo en que el suicidio es una forma compleja de conducta, que tiene causas biológicas, psicológicas y sociales. Por ejemplo, los psiquiatras han descubierto que, en los casos estudiados, existe generalmente una fuerte depresión. Otros científicos afirman que algunas personas son genéticamente más propensas que otras a las depresiones y por lo tanto al suicidio.
Los psicólogos y sociólogos han encontrado muchas otras influencias personales y situacionales que también contribuyen a la muerte voluntaria. Ésta se produce a menudo para escapar de circunstancias dolorosas; también como acto de venganza contra otra persona a la que se acusa de ser responsable del sufrimiento que lleva a tomar tan drástica decisión. Estos sentimientos se conocen por las notas o cartas que, en ocasiones, deja la persona antes de suicidarse. No obstante, la causa más frecuente es la percepción por parte de la persona de que la vida es tan dolorosa que sólo la muerte puede proporcionarle alivio. La pérdida de un ser querido, o dolores crónicos, físicos o emocionales, pueden producir una sensación de incapacidad para cambiar las circunstancias de la vida y un sentimiento general de desesperanza ante cualquier cambio, lo que lleva a un callejón sin salida donde la muerte es la única solución.


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